Fiat CR.32

El Fiat C.R.32 fue un caza biplano italiano, con posibilidad de cargar bombas, diseñado en 1933 por Celestino Rosatelli, tomando como base el modelo Fiat C.R.30.

Diseño y desarrollo

No satisfecho con las prestaciones del Fiat C.R.30, su diseñador, el ingeniero aeronáutico Celestino Rosatelli, y su equipo concibieron un nuevo caza, muy parecido al C.R.30, pero con sustanciales mejoras y menor tamaño. Se consiguió mejorar la maniobrabilidad al redistribuirse más correctamente el peso, principalmente al ubicar los depósitos de combustible sobre el centro de gravedad del aparato. El prototipo del Fiat C.R.32, matriculado MM.201, voló por primera vez el 28 de abril de 1933, y en abril de 1934 comenzó la producción en serie.

Los primeros aparatos se entregaron a la Regia Aeronautica en 1934 y fueron encuadrados en los Stormi n.º 1, 3 y 4. Los aviones de serie estaban dotados con hélices de paso variable y podían ser equipados con un radiotransmisor, cámara vertical panorámica y afustes para bombas. Se comenzaron a realizar conversiones a partir de 1939 con vistas a reducir peso y mejorar las prestaciones. El éxito del Fiat C.R.32 quedó demostrado por la gran cantidad de pedidos de exportación que obtuvo.

Historia operacional

Los C.R.32 formaron el núcleo central de la Aviación Legionaria, cuerpo expedicionario italiano que participó en la Guerra Civil Española del lado del bando nacionalista a partir de 1936, siendo conocidos como «Chirri». Algo más de 400 aparatos fueron usados durante la guerra a partir de agosto de 1936. Los C.R.32 se encuadrarían en los Grupos Gamba di Ferro (Pierna de Hierro), Cucaracha, Asso di Bastoni (As de Bastos), Frecce (Flechas) y Baleari (Baleares), así como en las unidades españolas 2-G-3 y 3-G-3.

Los Fiat C.R.32 demostraron ser un peligroso rival para cazas más modernos, como los soviéticos Polikarpov I-15 y Polikarpov I-16, que operaban en las filas republicanas, ya que su maniobrabilidad les permitía salir airosos de combates con enemigos más veloces y mejor armados. Los aviadores italianos obtuvieron unas 300 victorias con la pérdida de 73 aparatos propios en combate.[cita requerida] Una vez terminada la guerra, los C.R.32 quedaron en España, convirtiéndose en el núcleo embrionario de las fuerzas aéreas españolas durante la posguerra.